Las respuestas de Google ahora vienen precargadas con anuncios. No junto a ellas, sino dentro de ellas.
Intente buscar “mejor agencia de publicidad”.
Es posible que veas un resumen claro en la parte superior, algo como: "Las principales agencias incluyen la Agencia X, la Agencia Y y la Agencia Z".
Parece útil, ¿verdad? Pero aquí está el problema: algunas de esas agencias podrían estar pagando para aparecer en esa lista.
Ya no son solo consejos. Es una propuesta con una sonrisa amable.
La IA no solo resume internet. La vende, silenciosa, segura e invisiblemente.
Aquí es donde estamos: la IA puede generar respuestas perfectas . Pero solo los humanos pueden hacerte sentir algo.
El contenido perfecto es como una fotografía de archivo pulida, impecable, pero olvidable.
El alma es el rasguño en la lente. La historia tras bambalinas. La verdad confusa que te acompaña.
Imagine dos anuncios de una agencia:
- Uno muestra una oficina elegante, escritorios limpios y palabras de moda en negrita.
- La otra muestra lluvias de ideas a altas horas de la noche, caos de clientes, pizarrones llenos de ideas tachadas y un equipo que aún aparece sonriendo.
¿Cuál te conmueve?
¿Cuál se siente honesto?
¿Cuál recuerdas?
Cuando todo suena igual, tu ventaja es ser inequívocamente humano.
Desordenado. Emotivo. Real.
Haga marketing, diseño, creatividad, trabajo, que no se pueda comprar, ni clonar, ni optimizar.
Porque la perfección es reemplazable.
Pero el alma nunca lo es.
Y aquí está la verdad sobre la IA:
Puede escribir el resumen.
Pero no puedes escribir la historia que sólo viviste tú .
Así que hazlo realidad.
Hazlo desordenado.
Hazlo dramático.
Hazlo humano.
Hazlo inolvidable.